Cuando naufragó Robinson en aquella isla desierta, no podía imaginarse que pasaría allí veintiocho años, sembraría arroz y cebada, haría queso y encontraría a un buen salvaje a quien evangelizar. Pero Robinson no es solo un hombre hábil, capaz de sobrevivir, y aún de prosperar, a fuerza de tenacidad e ingenio. Es, sobre todo, el prototipo del colonizador inglés, que no se conforma con estar en la isla, sino que la explora y la somete. Defoe, por su ausencia de pretensiones literarias, por su estilo esencial y tan práctico como el hombre que narra su vida, escribió una obra maestra imprescindible.
Daniel Defoe
Daniel Defoe nació en Londres en 1660. Su niñez estuvo marcada por la gran peste que tuvo lugar en 1665, y que más tarde describió en Diario del año de la peste (1722), y por el incendio que al año siguiente arrasó gran parte de las casas que constituían el Londres medieval. Sus actividades políticas, comerciales y literarias le obligaron a llevar una vida agitada, pasando por momentos de persecución que le llevaron a la cárcel. Allí fundó uno de los primeros diarios ingleses, The Review. Defoe salió de prisión gracias a un importante político y trabajó como espía y cronista de su tiempo. Se empezó a dedicar a la novela a los sesenta años. Entre sus obras, además de Robinson Crusoe (1719), podemos citar, Las aventuras del capitán Singleton), Moll Flanders (1722) y Lady Roxana (1724). Falleció en Londres en 1731.
Asignatura
Temática
Aventuras y viajes
Psicológico
Educación en valores
Creatividad, autoestima, iniciativa, valentía
Aprendizaje, conocimiento, sabiduría