El conde Drácula pertenece a esa lista de personajes que, popularizados por el cine, han cobrado vida propia, haciendo oscurecer injustamente la obra literaria de donde proceden. Y, sin embargo, la novela de Bram Stoker sorprende por su solidez y arquitectura: la ausencia del erudito narrador decimonónico y la acumulación de materiales de primera mano confieren al relato una modernidad narrativa insólita en este tipo de obras. Al mismo tiempo, la lenta progresión en el desvelamiento del misterio, producto de la confrontación y convergencia de los diversos puntos de vista, crea una tensa atmósfera de suspense en medio de su aparente distanciamiento y frialdad.
Bram Stoker
Bram Stoker nació en Clomtarf (Irlanda) en 1847, y realiza sus estudios a partir de los dieciséis años en el Trinity College de Dublín. Ya en ese momento se inicia su vocación literaria, a la que acabará dedicándose a pesar de licenciarse en Ciencias Exactas. A los veinticuatro años lee Carmilla, del escritor irlandés de novela gótica y de misterio Sheridan Le Fanu, lo que le decide por la literatura de terror. En 1887 ingresa en Golden Dawn, sociedad secreta relacionada con la secta de los rosacruces, donde entra en contacto con una serie de intelectuales interesados en la magia negra. En 1897 termina la redacción definitiva de Drácula. Un relato publicado tras su muerte, El invitado de Drácula, que redactó a los veinticuatro años, demuestra que fue madurando su obra desde muy temprana edad. Falleció en Londres en 1912.
Asignatura
Temática
Misterio y terror
Educación en valores
Amistad, amor, lealtad
Creatividad, autoestima, iniciativa, valentía